Es Andrés Angelucci de Roma, el estudiante que el 10 de  marzo pasado. Discutió su tesis en la Facultad de Medicina de la Universidad  Campus bio-médico de Roma.

La particularidad de su trabajo consistió en el hecho que el joven eligió un argumento que hace referencia a nosotras Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida Thouret:

Hna. Agustina Pietrantoni (1864-1894):

un modelo y una patrona

para los enfermeros italianos.

 

Uno de sus docentes, el  Prof. Lucas Borghi que enseña actualmente  “Historia de la Medicina”, “Historia de la técnica en Medicina” y  también “Historia de la Medicina y de la Enfermería”, es el buscador y quien ideó un proyecto internacional, aboga por la identificación y la valorización de los trazos materiales dejados en la historia de la medicina y en las disciplinas a ella unidas.

El en un trabajo de búsqueda en el interior del Hospital Santo Spirito de Roma, descubrió un texto que mostraba el así llamado “Decálogo de Santa Agustina”[1] y cuando el estudiante Andrés arguyó la elección del tema, el profesor le sugirió recorrer el servicio de Agustina hacia los enfermos e identificar el origen del Decálogo de los enfermeros, actualmente poco conocido. También le pidió que explicara cómo  es capaz de sostener como modelo, la enfermera Agustina, a las personas que quieren ejercer el servicio de enfermería a los enfermos.

Terminado el trabajo que ciertamente pide ulteriores búsquedas, y dado que la parte inferior del Hospital Santo Spirito no está disponible a causa de los trabajos de ordenamiento de la Biblioteca y del archivo, trabajos que se desarrollan lentamente, era entonces obligatorio responder a la invitación de participación en la discusión. La Hna.  Inés Triberti, la Hna. Ana Antida Casolino, la Hna. María Pía Baldini, por la mañana temprano fueron a la facultad, recibiendo el saludo de la familia de Andrés, a quienes ya habían conocido en la Casa General, el tutor, el Profesor Borghi y la Presidente de la comisión agradecieron nuestra participación y en alta voz dijeron: “ Para nosotros hoy es un honor  tenerlas a ustedes aquí”. Un escalofrío de conmoción nos atravesó todo el cuerpo… ¡Con nosotros estaba Santa Agustina!

Así nuestra santa fue a un ambiente que aún tiene mucho para hablar. Intentamos también  un acercamiento con el capellán de los estudiantes y con la secretaria didáctica. ¿La promesa? No dejar caer la oportunidad de hacer conocer a esta facultad una “colega”, así la definieron, tanto en el plano humano, como profesional y religioso, planos en los que debiera ser muy considerada.

¡Damos todas gracias a Dios!

Para quien quiere leer algo más, adjuntamos aquí la conclusión del trabajo de Andrés:

«La Hna. Agustina Pietrantoni desarrolló la profesión de enfermera durante siete años hasta su muerte en 1894. Ella encarnó perfectamente los valores promulgados por Santa Juana Antida Thouret y difundidos por su Instituto, el de las Hermanas de la Caridad.

Pero la Hna. Agustina fue capaz de expresarse mejor no solamente haciéndose apreciar por sus virtudes religiosas, sino también, y sobre todo por sus cualidades profesionales.

Este reconocimiento le fue tributado por todos sus contemporáneos: no solamente por los católicos, sino también por quien apoyaba y auspiciaba el «Régimen laico» quien claramente la limitó a ella y a sus hermanas en la práctica diaria. Hasta 1870 de hecho, como vimos en el Proyecto con fecha de 1849, los tiempos de las hermanas estaban igualmente divididos entre deberes puramente de enfermería y  deberes de carácter religioso. En este tiempo histórico sin embargo, que  debió ser particularmente muy problemático para ellas, por la «laicización» suprimió todas las prerrogativas de carácter religioso que en los decenios precedentes, al contrario, le habían sido solicitados en el ámbito de la vida hospitalaria.

También nosotros hoy, leyendo la biografía de la Hna. Agustina y sus citas, no podemos más que admirarla por su dedicación y por el espíritu con el que vivió la profesión.

Deslizando los testimonios de quienes la conocieron directamente, aparece claramente que esta joven hermana encarnó su rol de enfermera con una gran profesionalidad que puede ser considerada seguramente un modelo en la historia de la asistencia de la enfermería en Italia.

Cierto, si el Decálogo que tratamos hubiese estado escrito de su puño, hubiéramos podido considerarla una precursora de fines del 800 de la profesión de enfermera, porque hubiera sido un primer e importante intento de regularización de una profesión, que aún hoy no ha terminado de estructurarse definitivamente, y que en aquel periodo histórico, sobre todo en nuestro país, no estaba aún organizada.

En todo caso el valor de estos «preceptos», habiendo sido formulados en base a su trabajo y a su ética, nos permiten elevarla sin duda a modelo para sus colegas modernos.

Por ello se espera que su historia en el futuro sea más conocida y que el anonimato presente aún en torno a su nombre, increíblemente radicado entre los mismos profesionales, aparezca cuanto antes.

Esta tesis, en última instancia, tiene este fin divulgativo, para que el ejemplo de la Hna.-. Agustina, llegado a nosotros con intacta validez y belleza, incluso después de más de un siglo, sin duda, seguirá siendo muy valiosa  y útil también para los tiempos futuros.

La Hna. Agustina Pietrantoni: no es solamente Santa Patrona, sino y sobre todo un modelo para los enfermeros italianos ».

 

Foto:

Andrés con la hermana…

Padres de Andrés – el capellán y una amiga de Andrés

El Relator Prof. Lucas Borghi

Andrés presenta su trabajo

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[1]Sabemos que el Decálogo de la enfermera no es una composición de Santa Agustina. Se trata de un catálogo de máximas sacadas de sus palabras y de sus actitudes en relación a los enfermos. Dentro de los artículos re- elaborados por su biógrafo Alejandro Pronzato  está toda Agustina. Su virtud y su ética profesional fueron testimoniadas en el proceso de canonización, el que delinea la identidad fuertemente motivada y dedicada a servir a Jesús en el hombre que sufre.