Las Hermanas de la Caridad de ayer a hoy

Las circunstancias históricas y políticas del tiempo de Juana Antida llevaron a una separación en el seno de la Congregación, con una Superiora General en Roma y una en Besançon. Ninguna de las dos ramas se resignó a esta separación. Desde la muerte de santa Juana Antida, hubo siempre contacto entre Roma y Besançon y las propuestas de reunión nunca faltaron. Se necesitó un largo camino a través de los años para llegar a la unión oficial.

A  partir del inicio del siglo XX, las Hermanas de la Caridad dejaron Europa para responder a la llamada de la Iglesia e ir a los otros continente (sobre todo en el período  del Concilio Vaticano II) o provocadas por los acontecimientos políticos y sociales …

En Francia las leyes prohibían la enseñanza a los religiosos … las invitaciones de los inmigrantes … en América Latina … las situaciones de las minorías cristianas  … en Pakistán … en Indonesia … en Sudán … en India … en Vietnam …

Con el transcurso del tiempo, las estructuras y las organizaciones territoriales, fueron modificadas en función de las llamadas de la misión, de la evolución numérica al interno de la Congregación, de las necesidades de la formación inicial y para intensificar el dinamismo misionero y la unidad del cuerpo Congregación en su diversidad cultural. Por ello ha sido necesaria la reagrupación de las comunidades, de las Provincias. Progresivamente y en nuevas realidades, fueron creadas nuevas Regiones y Provincias  … al servicio de la vida.

After the canonisation of Jeanne-Antide, in 1934, other sisters of the Congregation have been officially acknowledged by the Church as witnesses of God’s charity.
Después de la canonización de Santa Juana Antida, en 1934, otras hermanas de la Congregación fueron reconocidas oficialmente por la Iglesia como testigos de la Caridad de Dios..
La calidad de sus vidas y de su servicio son ejemplo para todos los cristianos y nos impulsan por el camino de la santidad.

La Hna. Agustina, enfermera en Roma, La Hna. Nemesia, educadora en Tortona y en Bórgaro- Turín, La Hna. Enriqueta, al servicio de los presos en Milán.

Tres rostros, tres figuras que representan la complementariedad de los servicios tradicionales de la caridad a la que estamos llamadas las Hermanas de la Caridad, desde el inicio de la Congregación.