15 de octubre 1800, Rue des Martelots

“Cinco hijitas de buena voluntad decidieron consagrarse a Dios»

Nuestra fundadora, como muchas otras, con sus primeras compañeras, que también son hijas de una época de revoluciones, guerras y éxodos, no pretendieron cambiar el mundo. No tenía ni la visión, ni la fuerza, ni los medios. Sin embargo, cambió una pequeña calle, rue des Martelots, plantando en ella, en un pequeño departamento, dentro del espacio de un patio, una olla, un aula, una apariencia de farmacia.

Para expresarlo con las palabras de San Vicente, una «caridad organizada » que comenzó a tomar forma a partir del 11 de abril de 1799, gradualmente se fue estructurando en la organización de la vida de una comunidad de «cinco pobres hijas «, que el 15 de octubre de 1800, decidieron juntas confiar en Dios, y consagrarse a Él, para servir a los pobres Una comunidad al servicio de la misión.

Queridas hermanas, los problemas de la humanidad desbordan nuestras posibilidades. Nosotros no poseemos la clave del cambio del mundo. Sin embargo, tenemos el poder de los pequeños pasos: aquellos que solo el misterio pascual puede ayudarnos a lograr y que en el Evangelio tienen la puerta que se abre al futuro: ¡la caridad!

Hermana Nunzia, Roma, 21 de octubre 2019

La expresión, “cinco hijitas de buena voluntad”, es de Mons. De Chaffoy, que define así las primeras Hermanas de la Caridad, durante la celebración del 15 de octubre de 1800, en rue des Martelots. Cfr. Trochu F, “Santa Juana Antida”, Ed. Ancora 1961; p. 177