Parolin: Albania, un ejemplo de acogida de refugiados

Con motivo de la fiesta nacional y del 30º aniversario de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, el cardenal secretario de Estado agradeció a Albania que no haya cerrado «las puertas de la esperanza» a los refugiados de la ruta de los Balcanes.

«Con estas palabras, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, agradeció a Albania «la acogida ofrecida a los numerosos refugiados que atraviesan la ruta de los Balcanes desde hace varios años, entre ellos los procedentes de Afganistán» y «por no haber cerrado las puertas a su esperanza». El cardenal pronunció su discurso en una recepción ofrecida por Majlinda Dodaj, encargada de negocios de la Embajada de la República de Albania. El evento, que tuvo lugar el 26 de noviembre, conmemora dos grandes momentos del país: la Fiesta Nacional, o sea la independencia del Imperio Otomano lograda el 28 de noviembre de 1912, y el 30º aniversario de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, iniciadas el 7 de septiembre de 1991.

Un país en movimiento, entre el progreso y los desafíos

En estas tres décadas, explicó el cardenal Parolin, «Albania ha hecho progresos muy significativos», que la Santa Sede ha seguido «con viva atención y satisfacción». Sin embargo, no faltan los «desafíos aún abiertos»: en particular, el cardenal se detiene en la «consolidación de las instituciones democráticas» y en las «valientes opciones de apoyo al desarrollo, la familia y los jóvenes». Al mismo tiempo, el Secretario de Estado expresó su «especial gratitud» por el «respeto y la estima» que Albania tiene «por la Iglesia Católica» y por «la atención que las autoridades civiles muestran hacia la Santa Sede».

La contribución de Albania a Europa

Por su parte, Europa, subrayó el cardenal, «no dejará de apoyar al país en su diálogo con las confesiones religiosas y en el camino hacia la plena integración en la familia de los pueblos europeos». En Europa, de hecho, Albania – «tierra de héroes, que sacrificaron su vida por la independencia del país, y tierra de mártires, que han dado testimonio de su fe en los difíciles tiempos de la persecución», como la definió el Papa Francisco cuando la visitó en septiembre de 2014- «no sólo recibe, sino que aporta los valores que siempre la han distinguido, como la hospitalidad, la sacralidad de la familia y la armonía religiosa».

Santa Sede-Albania: 30 años de relaciones diplomáticas

A la recepción de ayer asistió también el Primer Ministro albanés, Edi Rama, que fue recibido hoy en audiencia por el Papa Francisco. El Primer Ministro concedió una distinción al cardenal Parolin, quien subrayó que este gesto expresa «un importante reconocimiento de lo que la Santa Sede, el Papa y sus colaboradores de la Curia Romana, han hecho y hacen por Albania y por las cordiales relaciones bilaterales que existen entre ambas partes». Hay que recordar que, hasta la Segunda Guerra Mundial, había una Delegación Apostólica en Albania, erigida en 1920. Pero a partir de 1945, con el advenimiento del régimen comunista, quedó vacante, tras la expulsión del delegado apostólico, monseñor Leone Nigris, y la trágica muerte de su sucesor, el beato Frano Gjini, fusilado en 1948. Desde entonces, la comunicación entre el Vaticano y Albania está interrumpida. Y sólo en 1990, un año después de la caída del Muro de Berlín, unos pocos sacerdotes valientes, junto con los fieles católicos, lograron celebrar la misa públicamente. Posteriormente, el 7 de septiembre de 1991, se restablecieron las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Albania. El 22 de octubre de 1991, Monseñor Ivan Dias fue nombrado primer Nuncio Apostólico en Tirana. En la actualidad, ese cargo lo ocupa Monseñor Luigi Bonazzi.

Città del Vaticano