Mi formación en las escuelas St. Joan Antide e Immaculate Conception, ambas gestionadas por las devotas hermanas de Santa Giovanna Antida, fue una experiencia transformadora que sentó las bases de mi carácter y mis aspiraciones.

La dedicación incondicional de las hermanas a la formación académica y moral de sus alumnas creó un entorno en el que me sentí apoyada, inspirada y animada a crecer.

Los profesores de estas escuelas no solo eran educadores, sino también mentores que desempeñaron un papel fundamental en la configuración de mi trayectoria profesional. Su pasión por la enseñanza y su sincera atención hacia los alumnos dejaron una huella indeleble en mí. Fueron más allá del programa escolar, inspirándome con sus enfoques creativos, su paciencia infinita y su confianza en el potencial de cada niño. Su aliento y su ejemplo despertaron mi pasión por la educación, lo que finalmente me llevó a dedicarme a tiempo completo a la enseñanza de la biología marina a estudiantes universitarios.

Desde muy temprana edad, las escuelas me inculcaron los valores de la amabilidad, la disciplina y la perseverancia, que se convirtieron en principios rectores de mi vida mientras gestionaba tanto mis actividades académicas como extraescolares. Esto me ayudó a obtener títulos de tercer nivel en piano y, en la actualidad, imparto clases de piano como actividad extraescolar a niños y adultos de todas las edades.

El énfasis de las hermanas en la humildad y el servicio a los demás despertó en mí el compromiso de dejar una huella positiva en el mundo que me rodea. Esto me llevó naturalmente a asumir funciones de voluntariado, entre ellas la de responsable del ministerio de música para los niños de mi comunidad.

Una de las lecciones más duraderas de mi etapa en la escuela St. Joan Antide and Immaculate Conception fue la importancia de la compasión y la comprensión. Estos valores han sido fundamentales en mi trabajo. Las hermanas hacían hincapié en la dignidad de cada persona, y esta perspectiva me ha guiado en mis relaciones con niños, jóvenes o adultos que se enfrentan a retos únicos. Me esfuerzo por crear un entorno solidario e inclusivo en el que cada persona se sienta apreciada y capaz de alcanzar su máximo potencial. Esta base de empatía y paciencia, cultivada durante mis años en estas escuelas, sigue moldeando mi enfoque de la educación y de la vida en general.

Kimberly Terribile

4 de enero de 2025, Malta