En Vaucluse, la Hna Son Tran hizo prácticas en el Centro Médico Profesional, como parte de su formación como educadora especializada. El Centro está a pocos kilómetros de Sancey, tiene una larga historia y actualmente es un recurso muy importante para las familias de la zona:
«Todo empezó con la llamada del Señor, desde hace algunos años siento un deseo profundo como un susurro; he rezado, he intentado poner de relieve esta pregunta.

Finalmente he encontrado una chispa que brilla e ilumina mi camino: formarme para poder acompañar y apoyar a las personas más frágiles, más necesitadas. Enviada por mi superiora provincial y por mi congregación, realicé una formación como educadora especializada que me permitió trabajar en el Centro Médico Profesional de Vaucluse, durante mis prácticas de 20 semanas en el marco de esta formación.
Un poco de historia
El Centro Médico Profesional se creó en Vaucluse, entre los muros de un antiguo monasterio que data del año 520, fundado por los monjes de Saint Maurice d’Agaune (Suiza). Con el tiempo, pasó de ser un monasterio a una prisión, durante la Revolución, y luego a varios talleres profesionales: carpintería, relojería…
En 1922, el abad Guyot, párroco del pueblo vecino de Belleherbe, restauró el Priorato; en 1923, la llegada de las Hermanas de la Caridad transformó el monasterio en un Colegio de Enseñanza General y en una Escuela de Economía Doméstica Agrícola, para preparar a las chicas del campo para su futura misión de «madres de familia».
Posteriormente se convirtió en una escuela para amas de casa que, finalmente, dio paso al Centro Médico Profesional en 1954. En 1987 se estableció una primera dirección laica. En 2003, las hermanas se retiraron definitivamente de la estructura después de haber sembrado, durante 80 años, las semillas del Evangelio en esta tierra.
Estoy muy agradecida por la obra que nuestras hermanas iniciaron hace mucho tiempo, pero esta misión continúa, de una forma diferente. El Centro Médico Profesional de Vaucluse es actualmente una institución médico-social. Sigue en contacto con las Hermanas de la Caridad y con nuestro hogar de acogida de Sancey, siendo un socio importante en la formación de jóvenes en el campo de la restauración, el mantenimiento de la ropa y las instalaciones, los espacios verdes).



El Centro Médico Profesional de Vaucluse hoy
He tenido la oportunidad de experimentar mi práctica profesional dentro de esta estructura que acoge a 46 niñas y niños de entre 12 y 20 años, divididos en cuatro unidades de vida:
- Jóvenes con una ligera discapacidad intelectual con trastornos asociados o una discapacidad intelectual media.
- Jóvenes con trastornos psíquicos.
El objetivo es, por tanto, personalizar el acompañamiento de cada joven teniendo en cuenta sus competencias, sus necesidades de salud y sus aspiraciones profesionales, y favorecer su realización. Para ello, el Centro Médico Profesional ofrece un acompañamiento individualizado centrado en: educación, pedagogía, profesionalidad, terapia. Y ofrece una acogida que se lleva a cabo en un internado abierto de lunes a viernes.
Desde 2015, está gestionado por la Asociación de Higiene Social de la Franco Condado, cuyo objetivo «es escuchar y ayudar a las personas en dificultades» y que se dedica a tres misiones principales: discapacidad, salud pública y acción social e inserción.

Mi misión en este lugar histórico
Durante esta experiencia, formé parte de un grupo de 12 jóvenes de entre 16 y 22 años. Los acompañé en las actividades de la vida cotidiana, en su proyecto personalizado y en su proyecto profesional. Traté de favorecer la autoestima y el desarrollo de las habilidades sociales.
Me alegré mucho de estar presente a su lado para aportarles apoyo y ayuda para responder a sus necesidades y expectativas, aunque a veces me sentí realmente incapaz. Fue muy emocionante y también muy desestabilizador compartir y vivir esta experiencia única. Cada joven es el reflejo de la creación divina, que aspira a una existencia satisfactoria. Cada joven es realmente único, insustituible, inaccesible y posee su propia historia, más o menos dolorosa. Esta experiencia es para mí como una invitación a ir al encuentro del otro, de nuestro prójimo, para llevar la buena nueva a los pobres y compartir el amor de Dios.

«El otro es un espejo en el que se refleja el verdadero rostro de cada yo», según Emmanuel Lévinas. «El encuentro tiene lugar desde el momento en que se reconoce la alteridad, es decir, el reconocimiento por parte de cada uno de la singularidad del Otro, diferente», según Dominique Depenne, doctor en Sociología. Y este Otro es también «aquel ante quien el Yo tiene una responsabilidad»
«Vamos al encuentro del Señor, vamos al encuentro de Aquel que nos llama».
Concluyo diciendo que esta práctica profesional ha sido beneficiosa en todos los aspectos. Esta elección abrirá una aventura humana en mi trabajo con las personas con las que me encontraré. La de las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida Thouret es una misión maravillosa.
Hermana Son Tran
de la comunidad de Besançon, rue des Martelots
