Con motivo de la Semana Santa de 2025, un grupo de voluntarios de Cassino de la Orden de Malta entregó a la «Casa de la Caridad» de Cassino una importante cantidad de alimentos para distribuir entre los necesitados y todas aquellas personas que viven en una situación de especial indigencia social.
La Casa de la Caridad nació en 2009, inaugurada por el Santo Padre Benedicto XVI, como expresión de la Fundación San Benedetto dell’Abbazia di Montecassino, convirtiéndose en parte integrante de la comunidad de la ciudad de Cassino, que reconoce sus méritos. Desde entonces, sigue siendo un lugar dispuesto a abrir sus puertas a los desconocidos, a los necesitados y a quienes, por elección o por necesidad, se han visto obligados a vivir al margen de la sociedad. Ofrece refugio y asistencia a personas sin hogar que, acogidas con el apoyo de voluntarios, organizan las actividades diarias y buscan posibilidades para un renacimiento personal y moral que les permita emprender un nuevo camino en la sociedad, que les lleve a recuperar la autonomía y la integración en sus realidades familiares y sociales.

El corazón de la Casa es la Hermana Ermanna, con sus inseparables zapatillas deportivas en los pies, para llegar más rápido donde se la necesita: «Ser voluntaria en la Casa de la Caridad significa sobre todo construir relaciones con los demás, tratando de recuperar el contacto humano con los huéspedes, prestando atención a sus problemas, tratando de comprender sus necesidades y viendo en cada uno el potencial latente».
Con motivo de la donación, la Hermana Ermanna dio las gracias al delegado de Veroli de la Orden de Malta, el marqués Alessandro Bisleti, que en esta ocasión estuvo representado por el presidente del Grupo de Voluntarios de Cassino, Otello Zambardi. Los miembros y voluntarios de la Orden de Malta llevan a cabo incansablemente su misión caritativa y asistencial, que constituye un noble principio de su carisma «obsequim pauperum».
Foto de portada de LeggoCassino del 17 de abril de 2025.
