La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en el Hemisferio Norte comienza hoy, 18 de enero. La celebración durará hasta el 25 de enero. En el hemisferio sur, donde enero es un periodo vacacional, las iglesias celebran la Semana de Oración en otras fechas, por ejemplo en la época de Pentecostés -como sugirió el movimiento Fe y Constitución en 1926-, un periodo igualmente simbólico para la unidad de la Iglesia.

El tema, sin embargo, es común y este año se basa en el Evangelio de Lucas: «Amarás al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo».

«Maestro, ¿qué he de hacer para alcanzar la vida eterna?» Jesús le contestó: «¿Qué está escrito en la ley de Moisés?. ¿Qué lees allí?» Él respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas y con toda tu inteligencia: y a tu prójimo como a ti mismo» .Jesús le dijo: «Has respondido correctamente. Haz eso y vivirás». (Lc 10, 25-37)

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, iniciada oficialmente por el reverendo episcopaliano Paul Wattson en Graymoor (Nueva York) en 1908 como Octavario por la unidad de la Iglesia, es un tiempo en el que todos los cristianos del mundo, pertenecientes a diferentes tradiciones y confesiones, se unen espiritualmente para orar por la unidad de la Iglesia.

Por ello, el material adjunto está destinado a un uso flexible.

Grupo Ecuménico de Burkina Faso

Los textos de los comentarios, las oraciones y las indicaciones sobre cómo vivir este momento han sido preparados por un Grupo Ecuménico de Burkina Faso, coordinado por la Comunidad local Chemin Neuf. Proponen ocho esquemas de celebración de la Palabra de Dios, pensados para favorecer la oración común junto a los hermanos y hermanas de las distintas confesiones presentes en los diversos territorios.

No es casual la elección de este grupo editorial local.

La convivencia social en Burkina Faso, país de África Occidental con una población de 21 millones de personas pertenecientes a diferentes grupos étnicos, es un reto importante. Con aproximadamente un 64% de musulmanes, un 9% de seguidores de religiones tradicionales africanas y un 26% de cristianos (de los cuales un 20% católicos y un 6% protestantes), el país refleja una compleja diversidad cultural y religiosa.

Las condiciones de seguridad y la cohesión social han empeorado drásticamente desde el gran atentado yihadista de 2016. La proliferación de atentados terroristas, la anarquía y el tráfico de personas provocaron un trágico balance de tres mil muertos y casi dos millones de desplazados internos. Se han cerrado miles de escuelas y centros de salud y se ha destruido gran parte de la infraestructura socioeconómica, lo que ha contribuido a una crisis humanitaria sin precedentes.

Las comunidades cristianas, en particular, se han visto muy afectadas por los ataques armados. Sacerdotes, pastores y catequistas fueron asesinados, mientras que otros fueron secuestrados. Debido a la amenaza terrorista, la mayoría de los lugares de culto cristianos de las regiones del norte, este y noroeste del país se han visto obligados a cerrar. Las celebraciones religiosas sólo son posibles en las grandes ciudades y bajo protección policial.

A pesar de los retos actuales, en Burkina Faso se está desarrollando una notable solidaridad interreligiosa, en la que los líderes religiosos promueven activamente la reconciliación y la cohesión social. Un ejemplo tangible de este compromiso es la Comisión para el Diálogo Cristiano-Musulmán de la Conferencia Episcopal de Burkina Faso-Níger.

La comunidad católica Chemin Neuf, formada por laicos y religiosos, fue fundada en 1973 en Lyon (Francia) por el padre jesuita Laurent Fabre. Hoy cuenta con unos 2.000 hermanos y hermanas en una treintena de países. Es una realidad eclesial con una fuerte vocación ecuménica. «Nos atrevemos a creer en la unidad visible de la Iglesia y recibimos como misión trabajar por ella con todas nuestras fuerzas, teniendo el deseo de hacer nuestra la oración de Jesús que es el primero en orar por la unidad».