De Claudio, Sarzana, profesor de canto gregoriano, director del coro.

La emoción del reencuentro

«Hace poco más de un año, mi maestra-hermana volvió a Sarzana, a la casa de donde había partido su misión, y así me reencontré con mi Hna. Alessandra, no sin emoción y con la certeza de que el tiempo no ha calmado los recuerdos sino que, por el contrario, los ha reforzado.

En aquellos años (1977-1981), viví profundas experiencias que ciertamente me formaron y fortalecieron, o simplemente favorecieron mi crecimiento.

De la cuna protectora de la escuela católica al mundo multicultural

Evidentemente, la formación que recibí fue «sesgada», es decir, en la estela del catolicismo, lo que tuvo dos consecuencias: la iniciación cristiana y las dificultades posteriores. Me explico: además de los valores transmitidos por mis padres y el párroco de la época, el hecho de haber podido estudiar, crecer y frecuentar el ambiente de las Hermanas de la Caridad creó en mí una gran conciencia de las categorías de lo Verdadero, lo Bueno, lo Bello y lo Justo; haber tenido la oportunidad de pasar un día entero marcado por la oración, el estudio y las relaciones en un ambiente protegido y auténtico fue una gracia, en el sentido de que cada día era como una jornada litúrgica.

A la inversa, al entrar en el siglo -me refiero a cuando fui a la escuela media- tuve el contraste con una realidad menos protegida, lidiando con una otredad de profesores y alumnos, que no tenían los mismos caminos que yo.

Nacieron las dificultades, las dudas, los contrastes, las desorientaciones. En cierto modo también el enriquecimiento de otra realidad, muy diferente, que había que comprender, incluso acoger y luego transformar. Pero la iniciación primigenia fue fuerte y definitiva: una luz fuerte que no deslumbraba sino que sabía ser contemplada.

De la hermana Alessandra una formación seria, profunda, creativa

El método de enseñanza estaba ya a la vanguardia, con el abandono de las nociones aprendidas de memoria y la frecuentación de las vías de la lógica, la expresividad y la imaginación. Ciertamente la calidad era alta, y las consecuencias fueron, por un lado, la gran capacidad en los estudios y en la vida posterior para aprovechar lo aprendido, y por otro, el lastre de la competitividad, que era difícil aprender a soltar. Pero la horizontalidad de las relaciones se vivía en los momentos de ocio, recreo y juego, que era un juego creativo, artístico, fértil.

Fue la hermana Alessandra la primera que me hizo conocer y amar las asignaturas de estudio, conocer y amar la Hostia Consagrada en la Adoración Eucarística, conocer y amar el arte: la música, el teatro, el dibujo, la expresión. Fueron años fecundos, contenidos en una disciplina todavía definida pero nunca definitiva y donde la libertad no faltaba porque eran momentos de formación incluso severa, pero libertaria precisamente porque en el Señor y en la humanidad de estar juntas.

También entré en contacto con otras hermanas: las que enseñaban, las que hacían música, las que cultivaban el huerto: todas rezaban y eran un ejemplo.

La belleza y la fuerza de sentirse «familia»

Cuando me reencontré con la hermana Alessandra después de tantos años, nos abrazamos, nos emocionamos, y desde entonces me llama ‘mi niño’; siempre le dice a mi mujer: ‘Siempre lo tuve cerca… era mi niño’. Eso es: creo que un hijo así está en la reciprocidad de un afecto que ha sido ‘familiar’.

Doy gracias a Dios por haber tenido este viaje y esta experiencia, que hoy no es un recuerdo sino una actualidad en la medida en que resuena en mí como entonces».

Me llamo Claudio, soy de Sarzana (SP)- la ciudad que vio nacer al papa humanista Niccolò V – tengo 51 años, estoy casado y vivo en Sarzana.

En el trabajo soy socio de la empresa familiar y en el campo musical me he formado y especializado como erudito gregoriano, me dedico a la formación en Canto Gregoriano, dirijo coros, canto en conjuntos especializados e imparto clases en los cursos internacionales de AiscGre, la Asociación Internacional de Estudios de Canto Gregoriano.

Presentación de la escuela en una línea

Instituto Immaculata, Sarzana – Escuela primaria católica – Sus orígenes se remontan a 1818, las Hermanas de la Caridad se hicieron cargo en 1895.

https://istitutoimmacolata.wordpress.com/